Como viven nuestros ponis y caballos en la Sierra de Madrid

Hoy os vamos a mostrar cómo viven nuestros ponis y caballos en la Sierra de Madrid.

Pero antes de nada…

 

 

El merecido descanso.

¿Cómo deberían vivir en general los caballos?

Lo más cercano a su modo de vida natural.

Y eso es: suelto en el campo y en manada.

Con ello, no queremos decir que todos los caballos del mundo tengan que vivir sueltos. Pero hay que reflexionar acerca de sus necesidades para darles una vida digna.

No siempre se puede, hay caballos que por su entrenamiento deportivo, o por estar enteros, no se los puede soltar al campo sin esperar consecuencias negativas, pero, en la medida de lo posible, habría que intentar que todos los caballos tuviesen la posibilidad de estar en contacto con otros caballos, relacionarse, jugar y poder moverse con libertad.

De esta manera, tendremos caballos mucho más sanos y felices, más equilibrados mentalmente y menos estresados ¡Al menos un rato al día!

Lo que no es correcto es el extremo opuesto, caballos estabulados que solo salen para ser montados. 

Dicho todo esto, para nosotros, es muy importante el bienestar de nuestros équidos. Pero no el bienestar animal del que hablan los anuncios de leche; el bienestar animal que nosotros buscamos conseguir es un bienestar real, donde se priman las siguientes cuestiones: poder vivir en libertad, en manada y, por supuesto, en condiciones físicas y alimenticias óptimas.

¿Suena muy bien verdad? pero en la práctica, ¿cómo lo hacemos?

 

La tanda de los domingos.

Cómo viven nuestros ponis y caballos en la Sierra de Madrid.

Sueltos y en manada.

Los caballos de nuestra escuela viven de manera extensiva, en un sistema de rotación de pastos. Para nosotros, esto representa una inversión mayor en tiempo y en dinero, por supuesto; pero todo lo hacemos en aras de una buena vida para nuestros cuadrúpedos y, además, ¡mejoramos la tierra!

Como esto de mejorar la tierra os sonará a chino, os lo explicaremos en detalle en otra ocasión.

 

Viven en el campo.

Todos los domingos, al terminar la última clase, formamos una tanda con los casi cuarenta ponis y caballos y, con la ayuda de nuestros alumnos montados a pelo, nos los llevamos al campo.

A veces llueve, otras veces hace mucho calor, otras es de noche  o la finca está muy lejos, pero todos los días al terminar las clases los devolvemos al campo.

Los lunes los pasan descansado y pastando. El martes, miércoles y jueves, recogemos solamente aquellos ponis y caballos que trabajan en las clases de la tarde y al terminar los devolvemos al campo.

El viernes y sábado se quedan todos en la hípica. Dependiendo de la climatología, en boxes o sueltos en los padock. Nos encantaría poder también soltarlos durante el fin de semana, pero nos resulta imposible actualmente, al no estar las fincas donde los soltamos cercanas a la hípica.

 

Si quieres descubrir de primera mano la forma en que viven nuestros ponis y caballos en la sierra de Madrid, no dudes en visitarnos y conocernos.

 

 

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